sábado, 10 de abril de 2010

Sobre la profundidad de campo en fotografía

La profundidad de campo es uno de los controles creativos de las cámaras regulables. En ocasiones nos convendrá disponer de mucha profundidad de campo (en el caso de fotos de paisaje, por ejemplo), y en otros casos nos convendrá limitar dicha profundidad, con el propósito de concentrar nuestra atención en algo. Es decir, mediante el control de la profundidad de campo podremos destacar el centro de interés de nuestras fotografías.


En tomas distantes, como el paisaje, o de objetos planos, como la fachada de un edificio, la variación de la profundidad de campo apenas se nota ya que al estar la mayoría de los puntos a distancias parecidas del objetivo, aparecerán nítidos. Pero si la escena a fotografiar incluye elementos en el primer plano y en el fondo, el resultado cambiará notablemente con el diafragma: primer plano y fondo aparecerán con nitidez conforme se reduzca la abertura; es decir, que el número f sea grande. Ante todo, la profundidad de campo depende de la abertura, pero también influye la distancia al sujeto: la profundidad aumenta conforme lo hace la distancia.

Es preciso tener en cuenta que cuanto más cerca está la cámara del sujeto u objeto a fotografiarse, menor será la profundidad de campo. Trabajando de cerca, la profundidad de campo es pequeña, incluso con el diafragma muy cerrado. En tal caso, lo que debe cuidarse es el enfoque. Para lograr que el sujeto se reproduzca con mayor nitidez hay que fotografiarlo con un ángulo tal que la mayoría de sus puntos sean equidistantes al objetivo.

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